Hoy explicamos cómo organizar un partido amistoso de baloncesto con otro club. A priori no debiera causar muchos problemas, pero sabemos que algunas veces l@s entrenadores/as que empiezan necesitan algo de ayuda para tener en cuenta todo, por muy obvio que sea.

Organizar un partido amistoso puede parecer una tarea sencilla, pero detrás de un encuentro bien coordinado hay muchas pequeñas decisiones que marcan la diferencia. Un buen amistoso no solo sirve para competir: también ayuda a cohesionar al grupo, poner a prueba lo entrenado, y fortalecer los lazos con otros clubes. A continuación se detalla, paso a paso, cómo planificar un partido amistoso de forma ordenada, eficiente y formativa.
🗓️ 1. Primer contacto con el equipo rival
El punto de partida siempre es el primer contacto. Puede hacerse por teléfono, correo electrónico o, más habitualmente, por WhatsApp entre entrenadores o coordinadores. Lo importante es transmitir la propuesta de manera clara y concreta, indicando:
- Categoría del equipo (por ejemplo, “Infantil masculino de primer año”).
- Nivel de juego aproximado (“nivel medio, compite en liga municipal”).
- Fecha o rango de fechas posibles.
- Intención principal del amistoso (rodar al equipo, preparar torneo, probar jugadas nuevas, etc.).
Cuanto más precisa sea la información inicial, más fácil será encontrar una fecha viable y un rival adecuado. Si ambos equipos tienen objetivos parecidos, la experiencia será más provechosa para todos.
📅 2. Búsqueda y propuesta de fechas
Una vez establecida la intención, llega el momento de buscar fecha.
Aquí conviene seguir un principio básico: proponer opciones en lugar de imponer.
Por ejemplo:
“Podríamos jugar el sábado 16 por la tarde o el domingo 17 por la mañana, ¿qué os viene mejor?”
Dar margen de elección muestra flexibilidad y facilita la respuesta.
Si el otro club no puede en esas fechas, deja abierta la puerta a alternativas. En esta fase es clave no comprometer al equipo ni a las familias antes de tener una respuesta definitiva del rival.
También es recomendable consultar el calendario de la competición oficial (para no coincidir con jornada, torneo o descanso) y los horarios disponibles del pabellón o pista.
🏠 3. Decidir si jugar en casa o fuera
Esta decisión depende de varios factores:
- Disponibilidad del campo: si el pabellón o la cancha del club está libre.
- Estado del campo: si hay discrepancias respecto a jugar en casa o fuera, habrá que valorar si la cancha es cubierta o cómo está el pavimento.
- Calendario reciente: si se ha jugado mucho fuera, tal vez convenga hacerlo en casa para equilibrar esfuerzos.
- Edad y autonomía del grupo: con equipos pequeños (benjamines, alevines) puede ser mejor empezar jugando en casa.
- Objetivo del amistoso: si lo que se busca es convivencia o experiencia, desplazarse puede ser enriquecedor.
Una buena práctica es alternar: organizar un amistoso en casa y devolver la visita unas semanas después. Así ambos clubes salen beneficiados.
👨👩👧👦 4. Consulta a las familias
Confirmada la posibilidad del partido (aunque sea de manera provisional), llega el momento de consultar a las familias.
Para evitar confusiones o respuestas dispersas, conviene hacerlo con un mensaje breve, directo y con fecha límite. Por ejemplo:
📢 Buenos días familias,
Nos han propuesto jugar un amistoso contra el Club X el sábado 16 a las 12:00 en su cancha. Por favor, confirmad disponibilidad antes del miércoles a las 21:00.
Este tipo de comunicación ordenada permite planificar mejor, evita olvidos y ayuda a mantener la disciplina organizativa dentro del grupo.
Si el equipo cuenta con un grupo de WhatsApp de padres y madres, es importante usar la opción de encuesta porque facilita hacer un recuento claro sobre la disponibilidad de cada familia.
🔁 5. Seguimiento de la respuesta del rival
Mientras se recopilan las respuestas de las familias, hay que mantener contacto con el otro club.
Es habitual que haya que confirmar la pista, ajustar la hora o resolver pequeños detalles (duración, si habrá marcador, si se puede calentar antes, etc.).
En esta fase el entrenador debe actuar casi como un gestor de eventos:
- Anotar cada detalle acordado.
- Confirmar la disponibilidad de balón oficial y petos.
- Aclarar si el rival lleva árbitro o si debe gestionarse desde tu club.
Una buena comunicación evita malentendidos de última hora. Si pasan más de 24-48 horas sin respuesta, es recomendable enviar un mensaje amable recordatorio:
“Hola, ¿habéis podido confirmar lo del sábado? Necesito cerrar el horario con el pabellón.”
⏰ 6. Fecha límite para confirmar
Todo partido amistoso necesita una fecha tope de confirmación.
No puede mantenerse en el aire hasta el último momento, especialmente si implica desplazamiento o reserva de instalación.
Esa fecha límite debe comunicarse tanto al otro club como a las familias.
De ese modo, si el rival no responde a tiempo, se puede cancelar sin que suponga un problema logístico o económico (por ejemplo, si había que abrir el pabellón o avisar a un árbitro externo).
Una fórmula útil es establecer un plazo de 3 a 5 días antes del encuentro para cerrar todo definitivamente.
⚖️ 7. Árbitro y anotador
Aunque se trate de un amistoso, es muy recomendable contar con árbitro y anotador, especialmente a partir de categoría infantil.
Esto ayuda a:
- Dar más realismo al partido.
- Evitar conflictos o discusiones.
- Acostumbrar a los jugadores al entorno competitivo.
Hay varias opciones posibles:
- En caso de no encontrar árbitro, se puede pitar desde el banquillo, aunque es desaconsejable puesto que muchas veces los entrenadores exigen intensidad en defensa y van a ser imparciales a la hora pitar falta puesto que lo pueden asociar con desalentar la intensidad.
- Pedir colaboración al propio club rival (por ejemplo, un árbitro de su escuela).
- Solicitar a algún árbitro o anotador del entorno municipal o federativo.
- En categorías de base, puede hacerlo el propio entrenador o un ayudante, pero conviene evitarlo para que se concentre en su equipo.
Si se designa árbitro y mesa, hay que comunicarlo con antelación y confirmar la hora exacta de llegada.
🧾 8. Logística del día del partido
La organización del amistoso no termina con la confirmación.
El día del encuentro hay que cuidar muchos detalles:
- Llegada del equipo: indicar hora de convocatoria (por ejemplo, 45 min antes).
- Equipación: Saber de qué color juega el equipo rival. En caso de coincidencia, lo suyo es que se cambie el equipo local. En caso de no disponer de una segunda equipación, siempre es aconsejable llevar una camiseta secundaria (blanco es el color más común).
- Pabellón y vestuarios: revisar su disponibilidad y limpieza.
- Balones y material: asegurarse de tener balones de repuesto y botiquín básico.
- Mesa de anotación y marcador: comprobar que funcionan correctamente.
También es recomendable designar a una persona (ayudante o delegado) que supervise el acceso al pabellón, reciba al rival y gestione cualquier imprevisto.
📸 9. Valor añadido: convivencia y aprendizaje
Un amistoso no debería ser solo un partido.
Es una oportunidad educativa y social. Se pueden incluir pequeños gestos que potencien su valor:
- Tomarse una foto conjunta de ambos equipos al final del encuentro.
- Intercambiar saludos o aplausos mutuos antes de empezar.
- Invitar a un refrigerio o merienda tras el partido (si se juega en casa) y es una opción viable.
- Animar a que los jugadores hablen entre sí o compartan impresiones.
Estos detalles contribuyen a crear una red de clubes formativos más humana, solidaria y colaborativa.
📋 10. Evaluación posterior
Tras el amistoso, conviene analizar cómo ha salido todo:
- ¿Se cumplió el horario?
- ¿Respondieron bien las familias?
- ¿El rival fue puntual y cordial?
- ¿Se comportaron correctamente los jugadores y el público?
Tomar notas sobre estos aspectos ayudará a mejorar la organización de los próximos partidos. Además, si el rival resultó un buen compañero de experiencia, vale la pena mantener el contacto para futuros amistosos o torneos.
🧠 11. Recomendaciones finales
- Planifica con antelación: un mínimo de 10 días antes.
- Evita improvisar: incluso los amistosos necesitan orden.
- Documenta todo: usa una ficha de control con fechas, confirmaciones y contactos.
- Agradece siempre: un simple mensaje de agradecimiento al rival y al árbitro deja una excelente impresión.
- Recuerda el objetivo: los amistosos son una herramienta de aprendizaje, no de resultados.
✨ Conclusión
Organizar un partido amistoso es mucho más que cuadrar una fecha y una pista. Es un ejercicio de coordinación, comunicación y liderazgo.
Permite al entrenador crecer como gestor, al equipo aprender fuera del marco competitivo y al club fortalecer lazos con su entorno deportivo.
Cuando se hace con cuidado, cada amistoso se convierte en una fiesta del baloncesto formativo: se gana experiencia, se comparte ilusión y se siembra respeto entre clubes vecinos. Porque, al final, educar desde la cancha también se entrena.
Cedric Arregui
Entrenador Nacional de Baloncesto (CES 2014)
