Dolor de las facetas articulares

¿Qué es el dolor de las facetas articulares?

El dolor de las facetas articulares es una de las causas más comunes de dolor lumbar en adultos. Las facetas articulares son pequeñas articulaciones ubicadas en la columna vertebral que conectan las vértebras. El dolor de las facetas articulares puede ser causado por el desgaste de estas articulaciones, la degeneración de los discos intervertebrales y la inflamación de los tejidos circundantes.

Definición

El dolor de las facetas articulares es una afección en la que se experimenta dolor en la parte baja de la espalda debido a la inflamación o irritación de las facetas articulares. Estas articulaciones se encuentran en la columna vertebral y son responsables de permitir el movimiento y la flexibilidad de la columna vertebral. Cuando las facetas articulares se inflaman o se irritan, pueden causar dolor en la zona lumbar, que puede irradiarse hacia la parte superior de la espalda, los glúteos e incluso las piernas.

Causas

El dolor de las facetas articulares puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo la degeneración de los discos intervertebrales, la osteoartritis, la estenosis espinal y las lesiones traumáticas. La degeneración de los discos intervertebrales puede causar que las facetas articulares se froten y se desgasten con el tiempo, lo que puede llevar a la inflamación y el dolor. La osteoartritis es una enfermedad degenerativa que puede afectar a cualquier articulación en el cuerpo, incluyendo las facetas articulares. La estenosis espinal se refiere al estrechamiento del canal vertebral que puede comprimir las raíces nerviosas y causar dolor en la espalda baja. Las lesiones traumáticas, como las lesiones deportivas o los accidentes automovilísticos, también pueden dañar las facetas articulares y causar dolor.

Diagnóstico

El diagnóstico del dolor de las facetas articulares puede ser difícil debido a la similitud de los síntomas con otras afecciones de la columna vertebral. El médico puede realizar una evaluación física y revisar la historia clínica del paciente para descartar otras afecciones. También se pueden realizar pruebas de diagnóstico por imagen, como radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, para visualizar las facetas articulares y detectar cualquier signo de inflamación o degeneración.

Tratamiento

El tratamiento del dolor de las facetas articulares puede variar según la gravedad de los síntomas y la causa subyacente del dolor. El tratamiento conservador incluye medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, fisioterapia y ejercicio. Los medicamentos, como los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación. La fisioterapia puede incluir técnicas de movilización y estiramiento para mejorar la flexibilidad y la movilidad de la columna vertebral. El ejercicio regular, como caminar o nadar, puede ayudar a fortalecer los músculos de la espalda y reducir la presión sobre las facetas articulares.

En algunos casos, se pueden utilizar tratamientos más invasivos si los síntomas no mejoran con el tratamiento conservador. Estos tratamientos incluyen inyecciones epidurales de corticosteroides para reducir la inflamación, bloqueos nerviosos para bloquear las señales de dolor y la radiofrecuencia pulsada para desactivar los nervios que transmiten las señales de dolor.

Rehabilitación

La rehabilitación es una parte importante del tratamiento del dolor de las facetas articulares. Después de que el dolor ha disminuido, es importante realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la flexibilidad de la columna vertebral. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios personalizado que se adapte a las necesidades individuales del paciente. Los ejercicios pueden incluir estiramientos, ejercicios de fortalecimiento y ejercicios aeróbicos de bajo impacto.

Vuelta a la acción

Cuando los síntomas han mejorado y el paciente ha completado la rehabilitación, es importante volver a las actividades diarias de manera gradual. Es recomendable comenzar con actividades de baja intensidad y aumentar gradualmente la duración y la intensidad de la actividad. Es importante escuchar al cuerpo y evitar actividades que puedan causar dolor o empeorar los síntomas.

Nota: éste artículo sólo pretende tener un uso informativo. En ningún caso se auto-diagnostique. Si sufre alguna dolencia, le recomendamos que acuda a su clínica de Fisioterapia de confianza.
Cedric Arregui Guivarc'h
Entrenador Nacional de Baloncesto (CES 2014)

Webgrafía y Bibliografía

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